EXPERIENCIAS

PsicoOncologíaOnline facilita a los pacientes y las pacientes el acceso a terapia desde cualquier punto del territorio: sin desplazamientos, en un entorno cómodo, cálido, íntimo y conocido como es su propia casa.
Así, el tratamiento solo nos ocupa el espacio de tiempo de la terapia propiamente dicha.
¡Más económico, más accesible y más fácil!

TESTIMONIOS

LAURA

«La terapia online ha sido para mí una ventana de aire y claridad en una mente negra y agotada. El único lugar donde poder expresar lo que siento y cómo me siento sin que me miren como a una extraña.»

CRISTINA

«La terapia online (el Refugio) ha significado para mí un espacio en el que poderme quitar la coraza emocional con la que me había protegido durante todo el tratamiento, pudiendo compartir sin miedos todas aquellas sensaciones y sentimientos que a priori parecían contradictorios, y que resultaron ser algo compartido por muchos pacientes oncológicos.»

 CHARO

«La terapia online para mí fue la apertura de mi enfermedad hacia afuera, el poder abrirme hacia otras personas que sabían cómo me sentía y en las que me veía reflejada. Era un espejo que devolvía mi imagen con otras caras y con  las que a menudo no tenía que decir nada porque sabían exactamente el caos emocional por el que estaba pasando después de esa enfermedad que te cambia por dentro y por fuera.»

 ELISENDA

«Si tuviera que definir con un adjetivo, lo que la terapia online ha supuesto para mí, sería: REFUGIO, en su significado más amplio. Cada miércoles por la tarde, sola en casa, frente a mi ordenador, conectada a mujeres jóvenes como yo, compartiendo experiencias, sentimientos, pensamientos y emociones que difícilmente podía compartir con nadie más y que me comprendiesen hasta el punto en que ellas lo hacían… Con una sintonía enorme entre todas.

A través de la pantalla establecimos, desde las primeras sesiones, una conexión insospechadamente fuerte, que nos llevó a generar un vínculo que a día de hoy perdura. Después de dos años de terminar la terapia aún nos acompañamos y nos tendemos la mano para sobrellevar este camino tan abrupto, complejo y largo que nos ha tocado vivir…».

¿CUÁNDO PEDIR AYUDA PSICOLÓGICA?

La terapia psicológica en pacientes oncológicos puede ser necesaria en las distintas etapas de la enfermedad. Los profesionales, habitualmente las enfermeras o los oncólogos, que establecen una relación más estrecha en los primeros momentos con el paciente, pueden realizar una primera valoración de la necesidad de atención psicológica y hacer la derivación correspondiente a los especialistas en Psicooncología cuando sea oportuno.

Las alteraciones emocionales más habituales en los pacientes oncológicos son especialmente marcadas y significativas en los momentos llamados “de crisis”, que suelen ser: al recibir el diagnóstico y, sobretodo, al  final de los tratamientos oncológicos y el retorno a la vida cotidiana.

Otras situaciones muy críticas a considerar son: cuando la enfermedad no se consigue erradicar y surgen las recaídas, cuando no hay posibilidad de tratamiento activo y/o aparece la conciencia de cercanía/inminencia de la propia muerte (final de la vida).

El impacto emocional de todas estas situaciones puede requerir de tratamiento psicológico.

¿Cómo saber si necesito un tratamiento psicológico en cáncer?

1. Presencia de malestar emocional elevado

El criterio más sencillo, utilizado en la gran mayoría de países del mundo y por la mayoría de personas que sufren cáncer, para valorar la posibilidad de recibir tratamiento psicológico, es presentar elevado malestar emocional. A nivel más concreto, varios estudios muestran que superar una puntuación de “malestar emocional” de 5 en una escala o termómetro emocional, puede servir de alarma para plantearse el tratamiento. El malestar emocional elevado es la presencia significativa de ansiedad o bajo estado de ánimo en relación a la enfermedad. Se evalúa preguntando al paciente como valoraría su grado de malestar emocional en una escala o termómetro emocional de 0 a 10, donde 10 es el grado máximo de malestar emocional y 0 la ausencia de malestar emocional.

El malestar emocional es una medida inespecífica y sencilla que sirve para sintetizar la experiencia vivida en cáncer en sus aspectos más difíciles y desagradables. Aunque una puntuación elevada puede servir para plantearse la posibilidad de pedir ayuda psicológica, es importante valorar también los recursos y fortalezas personales y sociales que la persona dispone. Es compatible y frecuente experimentar elevado malestar emocional pero sentirse capaz y con recursos suficientes para afrontar la enfermedad.  En estos casos, la ayuda psicológica puede no ser necesaria. La terapia psicológica, cuando se centra específicamente en disminuir este malestar emocional, se focaliza en ofrecer estrategias, técnicas o explicaciones que ayuden a manejar o regular emocionalmente mejor las reacciones que ha suscitado la enfermedad.

2. Necesidad de realizar cambios vitales “positivos”

Las situaciones extremas y adversas como el cáncer acostumbran a generar un cuestionamiento vital profundo y en muchos casos un replanteamiento y cambio en la forma de verse a uno mismo, a los demás, al mundo y a la vida en general. Sentir que la vida ha sido amenazada acostumbra a ser el motor de esta revisión vital que busca mayores niveles de desarrollo, felicidad y  crecimiento personal. El tratamiento psicológico también facilita la realización de estos cambios vitales positivos y es la otra gran motivación para pedir ayuda especializada. En estos casos las personas también pueden estar experimentando malestar emocional o no, pero el objetivo no es controlarlo o regularlo únicamente, sino que buscan realizar cambios vitales significativos.

Las personas tenemos el deseo inherente de crecimiento, plenitud y felicidad en vez de sólo buscar evitar la miseria, la preocupación o la ansiedad. El malestar emocional o psicológico se engendra también cuando el crecimiento se frustra. El crecimiento personal o los cambios vitales positivos tras un cáncer se dan en diversos dominios y áreas donde la persona puede cambiar la forma de: 1) verse a uno mismo (mayor confianza, autoestima y empatía), 2) ver a los demás (relaciones más cercanas e íntimas, con mayor facilidad para la comunicación) y 3) en la filosofía de vida o posición existencial (focalización en el momento presente, mayor apreciación por la vida, cambio de prioridades y valores, aumento del interés por cuestiones espirituales, existenciales y por la búsqueda de significado y sentido vital).

Recientemente, se han creado tratamientos psicológicos que integran ambos objetivos en cáncer: la reducción del malestar emocional y la facilitación del crecimiento personal. Nuestro grupo de investigación denominó psicoterapia positiva a este tipo de tratamiento que diseñó en 2010.

 

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